
Los problemas a veces nos quitan las ganas de seguir luchando, en ocasiones creemos que ya hemos intentado todo y no resulta según lo planeado, son situaciones que nos dejan un tanto frustrados, sin fuerzas para avanzar, para seguir creyendo que las cosas mejoraran. Sin embargo, nos damos cuenta que estamos en una pesadilla ya que las cosas no funcionaron como creíamos que iban a funcionar y creemos que estamos viviendo pesadilla, al parecer no podemos aún dar por finalizada esta situación enfrentándonos a algo que asumimos es difícil de superar.

Si hoy sientes que lo has intentado todo, si las deudas te hacen experimentar que tienes el agua al cuello, si las relaciones con tu familia, compañeros de trabajo, esposo, hijos no son las mejores, si en tu trabajo las situaciones no han sido las mejores con tu jefe o no has podido cumplir con tus responsabilidades, si tienes problemas de salud, económicos, y que todo esto te hace sentir que tienes el agua hasta el cuello, no te dejes vencer.
Ten la plena certeza de que hay otras opciones, otras alternativas, otros caminos que tal vez por ver a los problemas desde la misma perspectiva no has caído en cuenta de las posibles soluciones, tal vez se estan abriendo caminos para grandes y maravillosas cosas que estan disfrazadas de problemas.
Una persona optimista frente a las realidades adversas que le roban en ánimo no es aquella que vive en un mundo de fantasía sin darse cuenta de la realidad que esta enfrentando, es aquella que asume y acepta la realidad que le ha tocado enfrentar, buscando siempre soluciones, caminos, estrategias para superarlos.
También es claro decir que los problemas no se solucionaran como por arte de magia, esto es imposible lo que marca la diferencia es que al ser optimista existe una motivación para encontrar las maneras de solucionarlos. El optimismo no es una receta mágica, sino la convicción que nos impulsa a encontrar con inteligencia las soluciones precisas a problemas que nos agobian
El optimista persevera, tiene constancia, no se desanima ante el fracaso, de hecho este puede impulsarlo a ser mejor persona, a realizar las cosas de la mejor manera posible en un futuro, se sigue intentando hasta alcanzar el objetivo propuesto. Una persona pesimista por el contrario ve los problemas más grandes de lo que son y se retira antes de tiempo, dejando que el tiempo u otra persona se los solucione, enfrentándose en un futuro a algo mucho más complicado de solucionar. El pesimista jamás intenta encontrar soluciones, se da por vencido antes de tiempo.
El optimista cree en sus capacidades y las pone en función de lo que quiere lograr, aunque al comienzo parezca imposible.