
Cerrar ciclos es necesario, si insistes en permanecer en una etapa más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido de la vida. Ahora que estamos finalizando el año, es un buen momento para evaluar nuestro presente, que queremos dar por finalizado y que queremos cambiar para abrirte a nuevos comienzos. Date la oportunidad de empezar este 2020 de la mejor manera posible.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte toda la vida si así lo prefieres “revolcándote” en los porqués, en devolver el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
En esto último radica todo, si quieres avanzar debes cerrar capítulos de tu pasado, sean buenos o malos, es necesario para abrir espacio a experiencias gratificantes y maravillosas.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante para sanar nuestra mente y nuestras emociones dar por terminados recuerdos que pueden ir acompañados de cosas materiales como regalos, de lugares comunes como sitios que habitualmente frecuentas, de documentos o libros que te recuerdan en cada instante ese aspecto que quieres cerrar, incluso de personas que directamente no están relacionadas pero que influyen.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. O como cita Eleanor Roosvelt “El ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el presente es un regalo. Por eso se llama presente.” Por tal motivo lo importante es aprovecharlo. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento.

La vida está llena de tantas alegrías, tristezas y experiencias que lo único que nos recuerda es que a diario avanzamos, crecemos y que seguimos hacia adelante, nunca hacia atrás. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir tu presente a plenitud. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Si quieres cerrar ciclos de conductas repetitivas, es importante que plantees lo que será diferente, lo que harás o dejarás de hacer y lo que te hará sentir mejor y con más plenitud.
Plantéate entonces estas preguntas
a. Hacia donde quiero ir, que deseo realizar o lograr que implique el comienzo de un nuevo ciclo o una manera de hacer las cosas?
b. Que será diferente en mi vida una vez haya cerrado el ciclo?
Con pasión, con delicadeza y fortaleza, el cierre de los ciclos puede hacer que las heridas del ama cicatricen lo suficiente para convertirse en experiencias maravillosas. Cuando nos sentimos desesperados, angustiados, empobrecidos, incompletos, frustrados o rechazados, solemos decir que tenemos el alma enferma, que se nos fue la vida o que andamos arrastrándonos por el piso.
Pasos para cerrar ciclos
- Es importante que identifiques a qué y porqué te estas aferrando. Pregúntate y reflexiona la razón por la cual te aferras a una situación, a una relación o a un objeto. Cuando descubres cual es la emoción que te amarra o no te deja avanzar, será más fácil hacerle frente y trabajarla.
- haz una lista de buenos recuerdos y experiencias agradables que se obtuvieron en la situación que deseamos cerrar.
- reflexionar como queremos recordar dicha situación o relación para que nos sea de provecho y bienestar.
- Tomar nuevas decisiones para no incurrir en los mismos errores
- Conciliarnos con lo que no pudimos vivir y con lo que no puede continuar
- Concentrarnos en los recursos que podemos utilizar y con los elementos que podemos contar.
- Enfocarnos en la nueva elección que hacemos y por lo tanto tener presente lo que ganamos. Con una visión positiva, siempre es más fácil cerrar un ciclo y permitirnos comenzar una nueva etapa en nuestras vidas, porque siempre que soltamos una situación a la que nos estábamos aferrando, ganamos y nos permitimos algo nuevo. Pregúntate: ¿Que gano al dejar este trabajo que me aburre y me ha hecho entrar en la monotonía?, ¿Que gano y me permito a mi mismo(a) al terminar /poner distancia en esta relación (de amistad, de pareja o familiar) en la que me la paso peleando?, ¿Que gano y que me permito dejando ir el rencor que le tengo a mi padre/madre/hermano/hijo? ¿Cuál es el lado positivo de cerrar este capitulo de mi vida?, etc.
- Si queremos nuevas experiencias y cerrar ciclos en nuestra vida, debemos hacer espacio para ellas. Si deseamos comenzar un nuevo capitulo en nuestra vida, necesitamos hojas en blanco. Muchos de nosotros acumulamos objetos, sentimientos, pensamientos, recuerdos, relaciones que nos amarran al pasado, a ese capitulo de nuestras vidas o a esa situación que deseamos terminar.
- Perdona, el perdón es una de las claves más importantes para cerrar ciclos. Ya sea perdonarte a ti mismo por haber tomado una decisión que te generó frustración o no resulto positiva en tu vida o perdonarte por algún comportamiento que haya afectado a alguien que te importa, o perdonar a alguien más que haya tenido errores contigo. Cuando perdonamos o nos disculpamos soltamos el resentimiento, el enojo, la culpa y la tristeza, es decir, nos liberamos de todas esas emociones que no nos permitían avanzar y que experimentamos por mas tiempo del necesario.
- Reconocer que las pautas inadecuadas surgieron para protegerme del cambio y la pérdida con compasión y comprensión de mí mismo.