
Con frecuencia los momentos más difíciles, esas veces que exigen el máximo esfuerzo a tu personalidad, son las circunstancias que te ofrecen las mayores oportunidades de crecimiento personal. Estas son ocasiones para desarrollar tu autoestima y una mayor confianza en ti.
Puede ser o no un consuelo saber que no solo tu pasas por adversidades, de hecho cada persona en el mundo vive sus propias experiencias para aprender de ellas y crecer en cualquier ámbito que lo requiera, en el plano personal, profesional, emocional, mental y espiritual.
Estamos en un lugar de crecimiento personal acelerado en este planeta. Ahora más que nunca es el momento de demostrar tu determinación, tu perseverancia y tu paciencia contigo mismo. No te resistas a ninguna oportunidad de crecer. En los momentos de dificultad es importante que practiques la gratitud y la bendición tanto como puedas.
El dolor es siempre la resistencia de la personalidad a un nuevo crecimiento. Te resistes a cambiar, porque no confias en que la vida funciona a la perfección y en que estas exactamente donde necesitas estar, experimentando exactamente lo que te hace falta para crecer y desarrollar todo tu potencial. Siempre estas en un proceso de crecimiento positivo.
Los acontecimientos de tu vida sólo son experiencias. Y estas experiencias no son tu identidad ni tu valía personal. No centres la atención en la experiencia. NO digas: «Soy un fracaso», mejor cambiala por: «He tenido una experiencia de fracaso y ahora me estoy recuperando». El crecimiento personal es simplemente cambiar el modo de ver las cosas.
La vida es un proceso de aprendizaje. Estas aquí en la Tierra para aprender y crecer. No saber no es un delito, sino simplemente ignorancia o falta de entendimiento. De modo que no tienes que juzgarte ni juzgar a los demás por no saber. La vida siempre superará la capacidad de entenderla.
Estas creciendo y adquiriendo más entendimiento. Sin embargo, jamás lo «sabrás todo». Aquietarte y entrar en tu interior te ayuda a encontrar las respuestas que necesitas en esta época de la vida. Cuando preguntas o pides ayuda, el interior siempre responde.
Los actos de bondad y compasión que cada día compartes por la gente y realizados en grupos pequeños pueden provocar el cambio a un lugar más lleno de amor y bondad.
Nuestra cultura »civilizada» nos está fallando, y para cambiar las cosas tenemos que empezar por nosotros. Enseña la importancia del amor y de la bondad, de la fe y de la esperanza, de la compasión y de la paz, de tratarse unos a otros con respeto y dignidad.
La responsabilidad reside en el interior de cada uno de nosotros, en nuestros encuentros personales diarios, la responsabilidad de tender una mano y ayudarnos, con actos de bondad, sin que nos preocupe lo que nos reportará, si es que nos reporta algo, y hacerlo con generosidad.
De ese modo puedes cambiar el mundo. Si no tienes oportunidad de hacer grandes cosas, haz cosas pequeñas a lo grande.