
Atraer pensamientos positivos es una tarea que debemos realizar a diario. Todo lo que atraemos en nuestras vidas esta relacionado con el nivel de pensamiento que tenemos.
Las cosas que se manifiestan en el exterior vienen de internos conceptos mentales. El pensamiento no es sólo el poder; también la forma de todas las cosas. Las condiciones que atraemos corresponden exactamente a nuestras imágenes mentales.
Mantén en tu mente pensamientos positivos, que produzcan buen humor, alegría, fe, esperanza y expectación.
Esta actitud de buen humor y esperanza serán indispensables si quieres vivir positivamente .Por lo tanto, es necesario que evalúes que tipos de pensamientos tienes.
Cómo tener pensamientos positivos
Declara tu libertad. No importa lo que otros puedan decir, pensar o hacer, eres exitoso, ahora, y nada podrá impedir que realices cualquier cosa. Todo el poder del universo lo tienes tu; siéntelo, conócelo, y entonces actúa como si fuera verdad. Sólo esta actitud mental te atraerá cosas y personas.
Comienza a erradicar, una por una, toda falsa creencia, toda idea de que las personas son limitadas o pobres o miserables. Usa ese maravilloso poder de voluntad. Desecha a los pensamientos de error o de duda en su propio poder.
Mira sólo lo que desees experimentar, y nada más. No importa cuantas veces los viejos pensamientos retornen, desechalos sabiendo que no tienen poder sobre ti; míralos sinceramente a la cara y díles que se vayan; no te pertenecen, y debes saber – y fijar – que eres libre.
Vida positiva
Las siguientes sugerencias representan un plan paso a paso para intensificar tu receptividad al poder de crear una vida positiva. Si lo pones en práctica, no cabe la menor duda de que te sentirás mucho mejor
- Practica hacer aquello que te guste, y procura que te guste lo que haces cada día. Si vas a hacer algo, concédete el beneficio de no quejarte y, en lugar de eso, muestra cariño por esa actividad. Tu lema aquí ha de ser: «Me gusta lo que hago, y hago lo que me gusta». Eso te sitúa «en el espíritu» y te proporciona literalmente el entusiasmo para ser un receptor.
- Haz todos los esfuerzos posibles por eliminar de tu vocabulario y de tu diálogo interior los hábitos internos de pesimismo, negatividad, juicio, quejas, murmuraciones, cinismo, resentimiento y crítica destructiva. Sustitúyelos con optimismo, amor, aceptación, amabilidad y paz como forma de procesar tu mundo y a las personas que hay en él.
- Al margen de lo mucho que te sientas tentado de retroceder hacia hábitos cínicos, recuerda que esa es la energía que estás enviando al mundo, y que con ello transmites un mensaje que bloquea la energía que te devolverá lo que deseas. Si estás lleno de negatividad, te encuentras desequilibrado y tus resentimientos indican que no te sientes digno o preparado para aceptar la energía amorosa que deseas.
- Procura encontrar cada día un momento de tranquilidad para erradicar los sentimientos de indignidad. Ese tiempo de oración o meditación, o de experimentar simplemente el silencio, alimentará tu alma y eliminará finalmente todas las dudas que puedas abrigar acerca de no merecer el ser beneficiario de la abundancia del universo.
- Lee literatura espiritual y poesía, y escucha música clásica suave siempre que te sea posible. He descubierto que el simple hecho de leer la poesía de Walt Whitman, de Rabindranath Tagore o de Rumi, hace que todo se sitúe en una perspectiva más sagrada para mí.
- Procura rodearse en la medida de lo posible de cosas bellas. Observa a diario la naturaleza, la inmensidad del sol, la luna, el cielo, las estrellas, los animales, tu familia, tu vida, esto te llenara de una enorme energía y te ayudara a estar agradecido por experimentar esa belleza que tal vez no te habías dado cuenta que te rodeaba. Practica la amabilidad para contigo mismo y para con los demás, con toda la frecuencia que te sea posible.
- Ponte la meta de ser cada día amable con los demás, al menos una vez, y extiende ese mismo privilegio hacia ti mismo, tanto como te sea posible. Siempre tienes una alternativa acerca de cómo va a reaccionar tu espíritu.
- Empieza a considerar el universo como un lugar amistoso, antes que inamistoso. Sitúa en la categoría de «lecciones» todas las heridas de las fases anteriores de tu vida. Deja de verte condicionado por esas heridas y de convertirlas en un brazalete identificativo.