
Piensa cómo pasa el tiempo cuando estás contento, a diferencia de cuando estás triste o afligido. Cuando estás inspirado e implicado felizmente en un proyecto el tiempo vuela. El tiempo no puede existir cuando todo es el ahora. Cuando pasas a la alegría, la experiencia del tiempo se funde en la unidad del espíritu y el tiempo desaparece. En consecuencia, vivir con este propósito y sentir la alegría de este propósito te sitúa en la pauta de energía más rápida del espíritu.
Es la energía más elevada y más rápida que puedes tener. Piensa ahora en la experiencia inversa. Piensa en cómo parece transcurrir el tiempo cuando estás triste. Cuanto más profundamente penetras en las pautas de energía de la pena, la aflicción, la melancolía, el pesar y la tristeza, más despacio parece ir el tiempo.
Los momentos de pena se hacen interminables. Miras el reloj y te parece imposible creer que sólo hayan transcurrido quince minutos. Albert Einstein describió con ingenio el paso del tiempo cuando explicaba la relatividad: «Cuando un hombre está sentado con una chica bonita durante una hora, le parece un minuto. Pero hazle sentarse sobre una estufa caliente durante un minuto y le parecerá más largo que una hora. Esto es la relatividad…».
La alegría acelera la ilusión del tiempo mientras la tristeza parece hacerla más lenta. La energía más rápida es espíritu. La alegría es espíritu, y esta energía espiritual rápida es lo que anulará la energía más lenta de la tristeza. La mayoría tendemos a sentirnos atraídos hacia los que tienen un aspecto positivo y alegre. Adquieres esa actitud siendo consciente de las muchas bendiciones que la vida te ha dado. Sé una persona con una actitud alegre y te convertirás en alguien que irradia esta energía gozosa positiva más rápida que disipa la tristeza dondequiera que estés.