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Consejos para ser feliz

Sin excusas

Sin excusas

Las personas sufren de una enfermedad del pensamiento que va menguando la mente, llamada excusitis. Las excusas son parte del día a día. Detrás de todo fracaso se encuentra esta enfermedad en su forma avanzada. La excusitis explica la diferencia entre la persona que crecen, y aquellos que apenas se sostienen en la situación que viven. Entre mas exitoso es alguien, menos se inclina a dar excusas.

 En principio la víctima de la excusitis (exceso de excusas) reconoce que su coartada es más o menos una mentira. Pero cuanto con mayor frecuencia la repite, llega a ser mayor el convencimiento de que es completamente verdadera, que la coartada es la razón real para que no haya tenido el éxito que debía tener.

El procedimiento número uno, en consecuencia, en su programa individual de pensar por sí mismo en el éxito, debe ser vacunarse usted mismo contra la excusitis, enfermedad de los fracasos.

La excusitis aparece bajo una amplia variedad de formas, pero los peores tipos de esta enfermedad son excusitis de salud, excusitis de inteligencia, excusitis de edad y excusitis de suerte.

 

LAS CUATRO MÁS COMUNES FORMAS DE EXCUSITIS

1. – Mi salud no es buena. La excusitis de salud recorre todo el camino del ‘no me siento bien” crónico, al más específico “me han pasado tales o cuales cosas’

CUATRO COSAS QUE USTED PUEDE HACER PARA VENCER LA EXCUSITIS DE SALUD

La mejor vacuna contra la excusitis de salud consiste en estas cuatro dosis:

  • Rehusar conversaciones respecto a la salud. Cuanto más hable de un achaque, inclusive de un resfriado común puede atraer que este se agrave. Hablar de la mala salud se asemeja a fertilizar las semillas, Además, hablar de la mala salud es una mala costumbre. Aburre a la gente.
  • Rehúse preocuparse acerca de su salud. Cambie sus hábitos, realice ejercicio, alguna actividad física, lea, medite, agradezca, son algunos ejemplos de actividades sencillas que le ayudarán a alejar la enfermedad y atraer bienestar.  
  •  Sentirse genuinamente agradecido porque su salud es tan buena como es. En lugar de quejarse acerca de “no me siento bien”, es mucho mejor estar contento porque es tan saludable como sus hábitos le permiten ser.  Precisamente estar agradecido por la salud que usted tiene es una poderosa vacuna contra el desarrollo de nuevos dolores, molestias y enfermedades reales.
  • Disfrute la vida, es necesario cuidar la salud, por lo tanto, recuérdese a sí mismo a menudo. La vida es de usted para gozarla. No la derroche. No subirá por vivir pensando en sí mismo en un lecho de hospital.

2. Pero usted ha logrado tener cerebro para el éxito. La excusitis de inteligencia o “Yo carezco de cerebro” es común. De hecho, es tan común que quizá tanto como el 95 por ciento de la gente que nos rodea lo acusan en grados variados

TRES MEDIOS DE CURAR LA EXCUSITIS DE INTELIGENCIA

  • Nunca subestimar su propia inteligencia y nunca sobreestimar la inteligencia ajena. No venderse a sí mismo a bajo precio. Concentrarse en sus ventajas. Descubrir sus superiores talentos, recuerde, no es cuanto cerebro posee usted lo que importa. Más bien, cómo usa usted su cerebro es lo que cuenta. Maneje sus deseos en lugar de preocuparse por el cociente que ha alcanzado.
  • Recapacite varias veces .al día, “mis actitudes son más importantes que mi inteligencia”. En el trabajo y en su casa practique actitudes positivas. Vea las razones por las que puede hacerlo, no las razones por las que no puede. Desarrolle una actitud de ‘estoy venciendo”. Lance su inteligencia al uso creador positivo. Úsela hasta encontrar los medios de vencer, no para demostrar que va a perder.
  • Recuerde que la capacidad de pensar es de mucho mayor a la capacidad de recordar hechos. Use su mente para crear y desarrollar ideas, hasta hallar cosas nuevas y mejores qué hacer. Pregúntese a sí mismo. “¿Estoy usando mi capacidad mental para historia o estoy usándola meramente para recordar la historia hecha por los demás?”

3.-Eso no sirve. Soy demasiado viejo. (O demasiado joven). La excusitis de edad, la enfermedad del fracaso por no tener nunca la edad correcta, se presenta bajo dos formas identificables: la variedad “soy demasiado viejo” y la marca “soy demasiado joven”.

Como compostura rápida, la cura de la excusitis de edad es:

  • Mire positivamente su edad actual. Piense “soy joven” no “soy viejo”. Practique el mirar hacia nuevos horizontes y gane el entusiasmo y el sentir de la juventud.
  • Compute cuánto tiempo productivo ha dejado. Recuerde, una persona de 30 años tiene aún 80 por ciento de su vida productiva delante de él. Y el de 50 años cuenta todavía con un amplio 40 por ciento -el mejor 40 por ciento- de sus años de oportunidad abandonados. ¡La vida es actualmente más larga de lo que mucha gente piensa!
  • Invierta su tiempo futuro en hacer lo que realmente desea hacer. Solamente es demasiado tarde cuando usted permite que su mente sea negativa y piensa que es demasiado tarde. Deje de pensar ‘debí haber comenzado hace años’. Esto es pensar en el fracaso. En Jugar de eso debe pensar ‘voy a empezar ahora, mis mejores años están frente a mí’. Este es el modo con que piensan las gentes afortunadas.

4.-Pero mi caso es diferente; atraigo la mala suerte.

CONQUISTE LA EXCUSITIS DE SUERTE POR DOS MEDIOS

  • Acepte la ley de causa y efecto. Eche una segunda ojeada a lo que parece ser la “buena suerte” de alguien. No encontrará suerte sino que preparación, planeamiento, y producción de éxito pensante precedieron su buena fortuna. Eche otro vistazo a lo que parece ser ‘buena suerte”. Mire, y descubrirá razones específicas. El señor Éxito sufre una contrariedad; aprende y aprovecha. Pero cuando el señor Mediocre pierde, se olvida de aprender.
  • No sea un pensador optimista a ultranza. Deje de perder el tiempo soñando un éxito conseguido sin esfuerzo. No llegamos a ser felices soñando simplemente que lo somos. El éxito llega haciendo cosas y dominando aquellos principios que lo producen. No cuente con la suerte para promociones, victorias, las cosas buenas en la vida. La suerte simplemente no está llamada a distribuir estas cosas buenas. En vez de eso, concéntrese en desarrollar aquellas cualidades en usted mismo que le harán un vencedor.

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