
¿Qué fuerza te controla, y continuará controlándote durante el resto de tu vida?
Si lo analizas bien, existen dos causas. ¡El dolor y el placer! Todo aquello que haces, lo haces o bien por una necesidad de evitar el dolor, o por un deseo de obtener placer.
¿Acaso hay cosas que no has hecho ni harías nunca?
Piensa en las sensaciones que vinculas a esas cosas. Si vinculas esos mismos sentimientos y sensaciones con los comportamientos que quieres evitar, jamás volverás a practicarlos. Sencillamente, vincula el placer al nuevo comportamiento que deseas para ti.
¿cuál es el primer paso para crear un cambio?
El primer paso consiste, en ser consciente del poder que ejercen el sufrimiento y el en nuestras decisiones y cada una de nuestras acciones. El arte de ser consciente consiste en comprender que esos vínculos se están produciendo de forma constante, entre ideas, palabras, imágenes, sonidos y las sensaciones de dolor y placer.
El problema consiste en que, la mayoría de nosotros basamos las decisiones en el corto plazo, en lugar del largo plazo. Recuerda que aquello que nos impulsa no es el verdadero sufrimiento, sino el temor de que algo nos conduzca hacia él.
La mayoría de la gente enfoca la atención sobre cómo evitar el dolor y obtener el placer a corto plazo, y con ello se crea dolor a largo plazo para sí misma.
Recuerda que cualquier cosa que desees y sea valiosa exige pasar por algún sufrimiento a corto plazo con objeto de obtener placer en el largo plazo. Si quieres poseer un cuerpo estupendo, tienes que esculpirlo, lo que exige pasar por sufrimiento a corto plazo.
Cualquier tipo de disciplina exige atravesar por un período de sufrimiento, tanto si se trata de la disciplina en los negocios, como en las relaciones, la confianza personal, la delgadez o las finanzas.
¿Cómo puedes superar la incomodidad y lograr realmente tus objetivos?
Empieza por tomar la decisión de superarlo. Siempre podemos decidir superar el dolor en ese momento, pero es mucho mejor hacerlo mediante un proceso de condicionamiento de nosotros mismos.
¿Por qué la gente persiste en una relación insatisfactoria y no está dispuesta a trabajar para encontrar soluciones o a darla por terminada y seguir su camino? Porque sabe que el cambio conduce hacia lo desconocido, y la mayoría de la gente cree que lo desconocido será mucho más doloroso de lo que ya está experimentando.
Es como lo que dicen los viejos proverbios: «Más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer», o «Más vale pájaro en mano que ciento volando». Estas creencias esenciales nos impiden emprender acciones capaces de cambiar nuestras vidas.
Si queremos mantener unas buenas relaciones personales, tenemos que superar nuestros miedos al rechazo y la vulnerabilidad. Si tenemos la intención de emprender un negocio, tenemos que estar dispuestos a: superar nuestro temor a perder seguridad.
De hecho, la mayoría de las cosas que consideramos valiosas en nuestras vidas nos exige ir en contra de los condicionamientos básicos de nuestros sistemas nerviosos. Tenemos que controlar nuestros temores arrollando esa serie precondicionada de respuestas y, en muchos casos, tenemos que transformar ese temor en poder.

Fuerza de voluntad
En muchas ocasiones, el temor al que permitimos que nos controle nunca se convierte en realidad. La gente puede vincular el temor a volar en avión por ejemplo, a pesar de que no haya ninguna razón lógica para esa fobia. Están respondiendo a una experiencia dolorosa en el pasado, o incluso a un futuro imaginado.
Puede que hayan leído en los periódicos noticias sobre accidentes aéreos, y por eso evitan viajar en avión; con ello, están permitiendo que ese temor les controle. Tenemos que aseguramos de vivir nuestras vidas en el presente y de responder a las cosas que sean reales y no a los temores de lo que fue o de lo que podría ser algún día.
La clave consiste en recordar que no nos alejamos del dolor real, sino que nos alejamos de lo que creemos nos conducirá hacia él.
Haz una lista enorme, que te impulse emocionalmente con ayuda de tu fuerza de voluntad, frases como : «Obtendré el control real de mi vida, estoy a cargo de ella. Adquiero un nuevo nivel de confianza en mí. Obtengo vitalidad y salud física. Soy capaz de fortalecer todas mis relaciones. Desarrollo una mayor fuerza de voluntad que utilizo en cualquier ámbito de mi vida. Realizo esto y vivo mi sueño». Imagina todos los impactos positivos, tanto en el presente como a largo plazo.