
Con frecuencia nuestros momentos más dolorosos, esas veces que exigen el máximo esfuerzo a nuestra personalidad, son las circunstancias que nos ofrecen las mayores oportunidades de crecimiento.
Estas son ocasiones para desarrollar nuestra autoestima y una mayor confianza en nosotros mismos. Puede ser o no un consuelo saber que son muchas las personas que experimentan contratiempos parecidos en su vida.
Estamos en un lugar de crecimiento acelerado en este planeta. Ahora más que nunca es el momento de ser más cariñosos y pacientes con nosotros mismos. No te resistas a ninguna oportunidad de crecer. En los momentos de dificultad es importante que practiquemos la gratitud y la esperanza tanto como podamos.
El dolor o momentos difíciles es siempre la resistencia de la personalidad a un nuevo crecimiento. Nos resistimos mucho a cambiar, porque no confiamos en que, fundamentalmente, la Vida funciona a la perfección y en que estamos exactamente donde necesitamos estar, experimentando exactamente lo que nos hace falta para crecer y desarrollar todo nuestro potencial, porque somos seres maravillosos en un Universo magnífico.
Siempre estamos en un proceso de crecimiento positivo. Los acontecimientos de nuestra vida o los momentos difíciles sólo son experiencias. Y nuestras experiencias no son nuestra identidad ni nuestra valía personal. No hemos de centrar la atención en la experiencia. Por ejemplo, no hemos de decir:
«Soy un fracaso», sino: «He tenido una experiencia de fracaso y ahora me estoy recuperando».
El crecimiento es simplemente cambiar el modo de ver las cosas. La vida es un proceso de aprendizaje. Estamos aquí en la Tierra para aprender y crecer. No saber no es un delito, sino simplemente ignorancia o falta de entendimiento.
De modo que no tenemos que juzgarnos ni juzgar a los demás por no saber. a vida siempre superará nuestra capacidad de entenderla. Todos estamos creciendo y adquiriendo más entendimiento. Sin embargo, jamás lo «sabremos todo».
Quedarnos quietos y entrar en nuestro interior nos ayuda a encontrar las respuestas que necesitamos en esta época de nuestra vida. Cuando preguntamos o pedimos ayuda, nuestro yo interior nos responde.
Conectar mediante la meditación
Entrar en contacto con los tesoros interiores es una manera de conectar con la fuente de la Vida. Porque en nuestro interior tenemos todas las respuestas a todas las preguntas que vamos a hacer en la vida. Ahí está a nuestra disposición la sabiduría pasada, presente y futura. La fuente de la Vida lo conoce todo. Algunas personas llaman «meditación» a esta conexión.
La meditación es un proceso muy simple, pero hay mucha confusión respecto a ella.
A algunas personas les da miedo meditar porque creen que es algo misterioso y extraño o que tiene algo que ver con lo oculto. Muchas veces tememos lo que no entendemos.
Otras personas se lamentan de que no pueden meditar porque siempre están pensando.
Nos merecemos dedicar un tiempo cada día a conectar con nuestra voz interior, a escuchar las respuestas que vienen del maestro interior. Si no lo hacemos, entonces sólo utilizarnos de un 5 a un 10 por ciento de lo que realmente tenemos a nuestra disposición.
Hay muchos métodos para aprender a meditar, y todo tipo de clases y de libros.
Puede ser tan sencillo como sentarse en silencio con los ojos cerrados durante un rato.
Podrías seguir los siguientes pasos si estás comenzando a meditar:
Siéntate en silencio. Cierra los ojos, haz una respiración profunda, relaja el cuerpo y después concéntrate en la respiración. Presta atención a tu respiración. No es necesario que respires de ninguna manera especial. Simplemente toma conciencia de que estás respirando. Al cabo de unos minutos notarás que respiras más lentamente.
Eso es normal y natural cuando el cuerpo se relaja.
• Suele ser útil contar mientras se respira: uno al inspirar, dos al espirar; tres al inspirar, cuatro al espirar… Continúa así hasta llegar a diez y comienza por uno nuevamente. Cuando lleves un rato haciendo esto es posible que descubras que tu mente está pensando en un partido de fútbol o en la lista de la compra. No pasa nada.
Cuando adviertas que no estás contando, simplemente comienza por uno otra vez y continúa contando. El vagabundeo de la mente va a ocurrir varias veces. En cada ocasión, amablemente haz que vuelva a la sencilla rutina de contar. Y eso es todo.