El perdón es una de las herramientas más efectivas para sanar esas heridas y dejar el pasado atrás. Corresponde tomar la decisión de mirarnos a nosotros mismos o al otro con compasión y comprensión, entendiendo que todos cometemos errores.
La falta de perdón en tu vida genera resentimiento, es algo no resuelto que dejas encapsulado y que te proporciona un cristal manchado con el que se contempla no solo el hecho que te lastima, sino la realidad que vives afectando seriamente tu bienestar.
Si una idea o una creencia no te sirve, ¡renuncia a ella! Ninguna ley dice que, porque una vez hayas creído en algo, tienes que seguir haciéndolo para siempre.
El resentimiento envenena el corazón y lo destruye. Es como si clavaras un cuchillo en el cuerpo, una y otra vez, cada vez más hondo, destruyendo la confianza en la gente y en ti sumiéndote en la amargura. Por eso, es vital aprender a perdonar, para dejar de herirte y poder comenzar a amar en libertad.
Louise Hay nos proporciona estos puntos que debemos recordar a diario para entender y realmente vivir el perdón:
-Cada uno de nosotros es responsable de sus experiencias.
-Cada pensamiento que tenemos está creando nuestro futuro.
-Todos enfrentamos patrones dañinos de resentimiento, crítica, culpa y odio a uno mismo.
-Éstos son sólo pensamientos y los pensamientos pueden cambiarse.
-Necesitamos abandonar el pasado y perdonar a todos, sobre todo a nosotros mismos.
-La autoseguridad y la autoaceptación en el “presente” son las llaves para los cambios positivos.
-El punto de poder siempre está en el momento presente. Las frases motivadoras son buenas para sentirnos mejor cada día.
El perdón en acción
Cuando te perdonas y perdonas a los demás, eres efectivamente libre. El perdón siempre va acompañado de un tremendo sentimiento de libertad. Con frecuencia necesitarás perdonarte por soportar experiencias dolorosas y no amarte lo suficiente como para apartarte de ellas. Ámate, perdónate, perdona a los demás y vive en el momento. Mira cómo se va yendo la vieja amargura y el antiguo dolor si los dejas, y cómo se te abren de par en par las puertas del corazón. Cuando te diriges a los demás desde un espacio de amor, estás siempre a salvo. Perdona a todo el mundo. Perdónate. Perdona todas las experiencias pasadas Eres libre.
Lo más importante es reconocer que perdonar es tomar responsabilidad. Es hacernos conscientes de nuestros actos, de las consecuencias y del pasado. Utiliza estos cinco pasos mentales, para captar tus propias interpretaciones de la realidad y posteriormente aplicarlas:
1. Me siento herido, pero eso no significa que la otra persona fuera mala, quisiera hacerme daño o conozca mi pasado, como yo tampoco conozco el suyo. Siempre hay otra cara de la situación, pese a mi dolor.
2. No es la primera vez que me hieren así, por lo tanto, tal vez me apresuré al juzgar este incidente. Debo ver cada cosa como es.
3. No necesito sentirme una víctima. ¿Cuándo fue la última vez que me encontré en la misma situación, pero en el lado opuesto?, ¿no me sentí bastante envuelta en mis propios motivos?, ¿acaso di a los sentimientos ajenos más importancia de la que dieron esta vez a los míos?
4. Olvidemos un segundo mis sentimientos. ¿Qué sintió la persona? Tal vez tan sólo perdió el control, o quizá estaba tan absorta en su propio mundo que no se dio cuenta de que me hería.
5. Este incidente me puede ser útil. En realidad, no me interesa criticar a esa persona o desquitarme. Quiero descubrir el tipo de cosas y situaciones que me hacen sentir amenazas. Cuánto más pienso en eso, me parece una oportunidad de aceptar la responsabilidad por lo que siento. Eso me permitirá perdonar con mayor facilidad, puesto que quien me enseña algo sobre mí mismo merece mi agradecimiento.
Cuando comprendes que todo en lo que piensas acaba por expandirse te concentras en lo que amas y en lo que te induce a mostrar agradecimiento; cuando te libras de todas las ataduras y comienzas a vivir plenamente; cuando eres consciente de la sincronía que une a todas las cosas. Al empezar a vivir de esta manera, a pensar en este sentido y a permitir que tus semejantes también lo hagan, el perdón surge automáticamente.
Comprométete en perdonar a todas aquellas personas con las que en algún momento has mantenido un conflicto. Envíales a todas y cada una de ellas una nota deseándoles lo mejor, y cuando estés a punto de caer en la tentación de volver a sentir amargura o angustia por lo ocurrido, recuerda que la herida de esa relación ya ha sanado gracias al bálsamo del perdón.
PERDONA TU PASADO Y TENDRÁS PAZ, DECIDE OLVIDARLO Y TENDRÁS ESPERANZA. CONFÍA Y SERÁS FELIZ.