
Es necesario aprender a prepararse a vivir las realidades más importantes de la vida. No podemos vivir improvisando. Quien improvisa puede obtener el éxito una vez, por casualidad, pero el prepara y planea esta siempre muy cerca del éxito.
Uno de los problemas más serios que tenemos en nuestra vida diaria es que por la velocidad con la que vivimos tendemos a no preparar lo que vamos a hacer. Eso no nos lleva a fracasar y a no disfrutar de cada instante con la fuerza y dedicación necesarias.
Cuando planeas cualquier cosa en tu vida, dedicas tiempo y esfuerzo para encontrar las mejores opciones y de ahí seleccionas la que consideras número uno. Por ello, las expectativas de éxito que tienes son evidentemente altas. Sin embargo, cuando realizas algo de forma improvisada, vas preparado para que fallar, para que las cosas salgan mal.
Me preparo para vivir la realidad a partir de tres preguntas.
1. ¿Comprendo todo lo que está pasando y voy a hacer? Es decir, en base de cualquiera de mis acciones tiene que haber la certeza de que he entendido la situación que estoy viviendo, que se cuales las causas que me han llevado a ella y como debo manejarla.
2. ¿Qué consecuencias traen mis comportamientos? No nos pueden sorprender las consecuencias. Si nos sorprenden, estamos improvisando. Tenemos que saber cuáles son los escenarios posibles ante cada una de nuestras acciones. Es importante medir lo más que se pueda el impacto de lo que vamos a hacer o a decir.
3. ¿Humana y espiritualmente puedo hacer/vivir esas consecuencias? No basta con saber cuáles son las consecuencias, se hace necesario que sepamos si podemos o no resistirlas. Para ello tengo que entender como me encuentro espiritualmente y que fuerzas interiores tengo para vivir esas realidades.
Por último, decir que planear las cosas significa buscar una solución perfecta, sin embargo sabemos que siempre existirá algo que sea un inconveniente. En todo caso estar preparados ante la incertidumbre es mucho mejor que improvisar o ir conforme pasan las cosas en la vida no nos prepara para ser mejores cada día.
Tenemos que convivir con la incertidumbre en casi cualquier decisión y aceptar los resultados de la misma.
Quiero invitarte a realizar una tarea sencilla para que no improvises tu vida: no tomes decisiones apresuradamente, proponte objetivos claros y mantente en ellos, si vienen adversidades acéptalas con paciencia, conserva las cosas que te ayudan a crecer, lo demás apártalo de tu vida