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Consejos para ser feliz

El poder de la resiliencia

El poder de la resiliencia

La resiliencia es la capacidad que tienes de superar las situaciones adversas y salir fortalecido de ellas. Para lograrlo es necesario aceptar la realidad tal como es, creer firmemente que la vida tiene sentido y tener una fuerte capacidad para mejorar y aprender de los errores.

La persona resiliente se adapta a las circunstancias y a las necesidades, ya que no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades sino que van más allá y utilizan estas situaciones para crecer y desarrollar su máximo potencial.

Comprende que no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Al ver de manera diferente y más optimista el mundo, tiene en cuenta que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios.

Características de una persona resiliente

Las personas resilientes practican estos hábitos:

  1. Tienen plena conciencia de su potencial y de sus limitaciones. El conocimiento de si mismos, su alta autoestima, seguridad y confianza, son las armas más poderosas que utilizan para enfrentar las adversidades. Saben usarlas a su favor, así como sus debilidades y sus defectos.
  2. Confían en sus capacidades. No pierden de vista sus objetivos y se sienten seguras de que pueden lograr lo que se propongan. El aporte tanto individual como en grupo lo valoran y lo aclaman. Si es necesario solicitar ayuda lo harán sin ningún problema.
  3. Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. Son capaces de ver más allá de esos momentos y no desfallecen. Estas personas asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer.
  4. Las personas que practican la resiliencia se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.
  5. No intentan controlar las situaciones, sino gestionar sus emociones. Las personas con capacidad de resiliencia saben que no es posible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control. Se centran en cambiar sus emociones, cuando no pueden cambiar la realidad.
  6. Son flexibles ante los cambios. A pesar de que las personas resilientes tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas.

Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que afectan el estado emocional.
La resiliencia incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.

¿Cómo puedes practicar la resiliencia?

La resiliencia es una cualidad que puedes desarrollar a lo largo de la vida. Hay personas que han tenido como modelo a personas resilientes, mientras que otras han encontrado esta cualidad por si mismas. Por lo tanto, podemos decir que las personas resilientes no nacen, se hacen, ya que han tenido que enfrentar diversas situaciones que han probado su fe, su perseverancia, su constancia y su fuerza para superarlas.

De hecho, muchas de estas personas han probado tanto el éxito como el fracaso, y aún así, siguen y se mantienen firmes en su propósito de vida, sin darse por vencidas. Al encontrarse en situaciones extremas lo que les ha permitido adquirir esta cualidad es que siempre han dado lo mejor de si y por lo tanto han desarrollado las habilidades para superar a los diferentes desafíos de la vida.

Establece buenas relaciones—Es importante establecer buenas relaciones con personas importantes en tu vida. Aceptar ayuda y apoyo de personas que te quieren y escuchan, fortalece la resiliencia. Algunas personas encuentran que estar activo en grupos de la comunidad, organizaciones basadas en la fe, y otros grupos locales les proveen sostén social y les ayudan a tener esperanza. Ayudar a otros que le necesitan también puede ser de beneficio para usted.

Acepta la vida —No puedes evitar que ocurran eventos que producen mucha tensión, pero si puedes cambiar la manera como los interpreta y reacciona ante ellos. Trata de mirar más allá del presente y piensa que en el futuro las cosas mejorarán. Es posible que como resultado de una situación adversa no le sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no puede cambiar le puede ayudar a enfocarse en las circunstancias que si puede alterar.

Trabaja por tus sueños y metas — Desarrolla metas realistas. Haz algo regularmente que te permita moverte hacia tus metas, aunque parezca que no avanzas, estos pequeños logros suman y te acercan a la realidad que quieres vivir.

Conócete a ti mismo – El conocerte te ayudará a aprender sobre tí y sentir que has crecido de alguna forma a nivel personal. Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.

Ten una visión positiva de tí mismo—Desarrolla la confianza en tu capacidad para resolver problemas y confiar en tus instintos, ayuda a construir la resiliencia.

Manten la mente abierta—Aun cuando enfrentes eventos dolorosos, trata de considerar la situación que causa tensión en un contexto más amplio, y mantén una perspectiva abierta frente a las posibles soluciones de la misma.

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