
¿Qué es la salud mental?
La salud mental es el estado de equilibrio entre una persona y su entorno que garantiza el bienestar emocional, psicológico y social. En el cual permite tener una buena calidad de vida.
Así mismo, se refiere a la presencia de características como autoconfianza, alta autoestima, capacidad para lidiar con el estrés y recuperarse de la adversidad, gusto por la vida, capacidad para reír y divertirse, capacidad para construir y mantener relaciones satisfactorias y flexibilidad para aprender cosas nuevas y adaptarse a los cambios, entre otras.
Una buena salud mental permite sobrellevar diferentes situaciones, aportar de manera significativa en el entorno social, trabajo, desarrollo del máximo potencial individual con el objeto de llegar a un estado de plenitud y bienestar. Las personas que están emocionalmente sanas tienen las herramientas para hacer frente a situaciones difíciles y mantener una actitud positiva.
Para trabajar en una buena salud mental puedes realizar estas actividades:

- Mantén una actitud positiva, si bien es cierto que la vida no es color de rosa, de la actitud que tomes dependerá los resultados que generes. Enfócate en encontrar siempre las soluciones a las diferentes circunstancias que enfrentes, antes de buscar culpables, de esta manera programas tu mente en positivo y podrás crear mejores resultados.
- Encuentra el equilibrio, es normal sentir tristeza, enojo o frustración ante los diferentes eventos que vivas, pero esto no puede convertirse en tu día a día. Así que enfócate en cambiar esas emociones de la forma más sencilla, agradeciendo. Dar gracias te permite cambiar inmediatamente este tipo de pensamientos.
- Elige mejor la información que consumes. Si bien es cierto que es necesario estar informado, por tu salud mental no consumas todo el día este tipo de información. Evita los noticieros, periódicos o las redes sociales y elige mejor tu fuente informativa.
Practica la gratitud
- Practicar la gratitud (sea agradecido): Esto significa estar agradecido por las cosas buenas y no tan buenas de tu vida. Es útil recordarlo todos los días.
- Cuida tu salud física: haz ejercicio, come saludable, evita los azúcares, disminuye el consumo de alimentos procesados, vuelve a lo natural. Estos cambios pueden ayudarle a disminuir el estrés, la depresión y mejorar tu estado de ánimo. El cuidado del cuerpo es muy importante para tener una buena salud emocional. Ya sabes: mente sana en cuerpo sano.
- Cuando se mejora la salud física, se experimenta automáticamente un mayor bienestar mental y emocional. El ejercicio no solo fortalece el corazón y los pulmones, también libera endorfinas, sustancias químicas poderosas que nos dan energía y elevan nuestro estado de ánimo.
- Duerme lo suficiente: El sueño afecta su estado de ánimo. Si no duerme bien, puede sentirse irritado y enojarse más fácilmente. A largo plazo, no dormir bien puede aumentar la probabilidad de tener depresión. Por ello, es importante asegurarse de tener un horario de sueño regular y dormir lo suficiente todas las noches.
Se consciente de tus emociones y reacciones
- Piensa antes de actuar es el tiempo para pensar y estar tranquilo antes de decir o hacer algo de lo que pueda arrepentirse.
- Maneje el estrés. Aprenda métodos de relajación para lidiar con el estrés. Estos podrían incluir respiración profunda, meditación y ejercicio.
- Aspire al equilibrio.Encuentre un equilibrio saludable entre el trabajo y el juego, y entre la actividad y el descanso. Toma el tiempo para hacer las cosas que disfruta. Concéntrate en las cosas positivas en su vida.
- Conéctate con los demás: es importante tener relaciones fuertes y saludables con los demás.
- Desarrolla un significado y propósito en la vida: Puede ser a través de tu trabajo, un voluntariado, aprender nuevas habilidades o explorar tu espiritualidad
- Medita: Práctica de mente y cuerpo que consiste en enfocar su atención y conciencia. Existen varios tipos, como la meditación de atención plena y la meditación trascendental.
- Practica técnicas de relajación: Prácticas que buscan producir una respuesta de relajación natural del cuerpo. Esto hace más lenta su respiración, disminuye su presión arterial y reduce la tensión muscular y el estrés. Los tipos de técnicas de relajación incluyen:
- Practica ejercicios de respiración profunda: Consiste en concentrarse en una respiración lenta, profunda y relajada
- Pide ayuda a un profesional: Es importante reconocer cuándo necesita ayudas, comunícate con un profesional de la salud.