
Es curioso que en estos tiempos se deban tener en cuenta consejos para ser feliz, ya que al parecer se nos olvida que para lograrlo solo debemos vivir nuestro presente y agradecer las cosas bonitas que nos suceden día a día.
El ser feliz radica en que decidas serlo, muchas personas recurren a un sinfín de excusas que les impide ver lo grandiosa que es su vida. Las quejas, los reproches, la nube gris que los acompaña a todas partes hacen que su vida este enmarcada bajo una tristeza o amargura.
Cómo se logra la felicidad en la vida
Sáltate el drama
Recuerda que nada tiene más significado que el que tú le atribuyas. Repítelo mentalmente, en silencio, en cualquier momento de estrés o de alteración: Nada tiene más significado que el que yo le atribuyo.
Estas palabras pueden cambiar toda tu manera de vivir la vida. Pueden frenar en seco el drama. Pueden partir por la mitad la confusión y la angustia emocional. Para acabar con los reveses y el drama innecesario. todo lo que tienes que hacer es reírte de tí mismo. Es una excelente medicina.
Entiende la tristeza
No es lo mismo la tristeza que la infelicidad. Tu tristeza no tiene por qué hacerte infeliz. Tu tristeza, como señal de tu situación en tu camino evolutivo, puede servirte de confirmación interior de la profundidad de tus sentimientos y, por tanto, de quién eres como persona y como ser espiritual.
Por eso, cuando muera alguien, consiéntete a ti mismo sentir duelo. Cuando alguien te haga daño, permítete sentir tristeza. Y sobre todo cuando haces daño a otra persona, permite que tu arrepentimiento vaya acompañado de tristeza. Otórgate a ti mismo el don de la tristeza, y verás cómo sanas más deprisa de todas las vivencias que te inspirarían la tentación de olvidarte de tu identidad plena.
Deja de discutir con la vida, vive y se feliz
Una gran proporción de la falta de felicidad que sentimos en nuestras vidas es consecuencia de nuestros juicios de valor. Tendemos a juzgarlo todo. A las personas que nos rodean, las circunstancias que presentan éstas, los hechos del momento y, naturalmente, a nosotros mismos. Hay personas que no pierden una sola oportunidad de adoptar su postura de juicio de valor. Es casi como si estuvieran juzgando la vida misma. Constantemente.
Lo que estoy diciendo aquí es que en un corazón que tiene amor no hay lugar para los juicios de valor. Pero recuerda que juzgar no es discernir, y observar no es juzgar. Saber discernir es muy saludable, y hacer observaciones es muy natural. Una observación dice: «Esto es así». Un juicio de valor dice: «Esto no debe ser así».
Abandona todas las expectativas
Nada representa un obstáculo mayor para la felicidad duradera (o incluso para la felicidad a corto plazo) que las expectativas. Abandónalas ahora mismo y no vuelvas a albergarlas jamás, acerca de nada ni de nadie. Olvídate de cómo crees que «deben ser» las cosas. En el universo no existe el «debe ser». El «debe ser» es una invención humana que no tiene nada que ver con la realidad última. Debes saber que los giros y los desvíos que nos apartan del camino que creíamos que íbamos a seguir no son rodeos en absoluto, sino que son el camino más rápido que conduce de donde estamos a donde queremos estar. De lo contrario, no lo seguiríamos.
Las expectativas marcan un límite a modo en que defines la perfección, y que este límite constriñe tu creación de la perfección misma. Por tanto, no esperes nada y acepta todo lo que recibas. Acoge todo lo que se presente. Ama lo que es.
Mantente en contacto con quien eres
Recuerda que tú no eres tu cuerpo sino un alma que realiza con el cuerpo un viaje de gozo. Recuerda que tu alma es una parte eterna. Después, ten bien claro lo que es más importante para esa Individualización de la Divinidad que se está manifestando como Tú, aquí mismo, ahora mismo. Trátalo todo y trata a todos como si estuviera y estuvieran sintonizados perfectamente con todo y sincronizados perfectamente con el programa de trabajo de tu alma.
Entiende que, por ser Quien Eres, nada puede hacerte daño, y no necesitas nada para ser absolutamente feliz en este cuando/donde de tu existencia eterna.
Sé generoso con los demás para ser feliz
Si quieres vivir cualquier cosa en tu propia vida, haz que otro la viva en la suya. Si quieres vivir el amor, haz que otro sea amado. Si quieres conocer la abundancia, haz que otro tenga abundancia. Si conoces el éxito, haz que otro alcance el éxito. Si quieres conocer el poder, haz poderoso a otro. Si quieres conocer la sabiduría, haz sabio a otro. Si quieres conocer el amor romántico, haz que a otro le den amor romántico. Si quieres conocer el perdón, haz que a otro lo perdonen. Si quieres conocer la seguridad y la tranquilidad, haz que otro esté seguro y tranquilo.
Ten sólo esperanza
Muchas personas se hacen infelices a sí mismas simplemente porque les resulta imposible aceptar la vida tal como se está presentando aquí mismo, ahora mismo. Son unas personas que siempre encontrarán el motivo para no ser felices del todo, mientras exista eso que llamamos tiempo meteorológico. No son capaces de celebrar lo que es, sino que necesitan, más bien, quejarse de lo que no es.
Celebrar o quejarse: ésta es la opción de cada momento. Si eliges lo primero en vez de lo segundo, tu vida podrá llenarse de sonrisas para siempre.
Lo que estoy diciendo aquí es que, mientras se esté viviendo la vida, siempre habrá algo que celebrar. Ver el vaso medio lleno, más que medio vacío, es algo más que un aforismo. Es la clave de la felicidad perdurable.
Ve la perfección y hallarás la felicidad
Velo todo tal como es: el suceso perfecto, que viene en el momento perfecto para proporcionarte la oportunidad perfecta de expresar de la manera perfecta aquello que es la Perfección Misma. En su relación personal contigo, la perfección es el Yo que has elegido ser y que ahora optas por demostrar y vivir.
Lo que estoy diciendo aquí es que no juzgues ni condenes a las personas ni los sucesos que te pone delante la vida, sino que mantengas la conciencia plena de que tú, tú mismo, te los has atraído, para que puedas cumplir todas las posibilidades de la vida, su promesa y su propósito.
Ten compasión contigo mismo
No te consideres «malo» por ninguna vivencia negativa con que te encuentres ahora (aunque tengas la sensación de que «te lo mereces» o de que «tú te lo has buscado»; de hecho, sobre todo si tienes esta sensación).
Recuerda siempre que tú no eres tu pasado; que tú no eres quien eras ayer, ni siquiera quien eras hace un momento. Que cada nuevo día, cada nueva hora, cada nuevo momento, señalen un nuevo comienzo. Aunque estés en el último momento de tu vida, no será demasiado tarde para declarar tu próxima identidad, la más grandiosa, y para asumirla.
Di tu verdad en cuanto la conozcas
No existe la Verdad Absoluta en el sentido objetivo; pero sí existe la verdad subjetiva; existe lo que es verdad para ti; y esto tiene una importancia extraordinaria para tu vida.
Aspira a vivir de manera auténtica; aspira a ser plenamente tú mismo; pues cuando vives enseñando sólo la mitad de ti, dando a conocer sólo la mitad de ti, expresando sólo la mitad de ti, es cuando tienes garantizada la infelicidad.
No ocultes a nadie tu verdad personal, tus sentimientos auténticos, tu vivencia aquí-y-ahora; ni mucho menos los ocultes a tus seres más queridos ni a tu persona amada.
Di la verdad a todos y acerca de todo, y vive tu verdad a cada momento y de todas las maneras para ser feliz en tu corazón; pues la verdad eleva el espíritu, la verdad libera la mente, la verdad abre el corazón y la verdad enciende la pasión y libera el amor del alma.
Observa las energías, atrapa las vibraciones
Observar las energías que te rodean. Escuchar las energías. Percibir las vibraciones. Éstos son los tres niveles de la recepción. Puedes recibir energías viéndolas, oyéndolas y sintiéndolas. La energía que ves se llama luz. La energía que oyes se llama sonido. La energía que sientes se llama sentimiento.
Presta atención a las energías de la vida. Las estás recibiendo y enviando a cada instante. ¿Están en resonancia las energías que envías con las energías que recibes?
La felicidad es el estado de resonancia más elevado. Para ser feliz te basta con crear resonancia entre tu interior y tu exterior.
Puedes sentir a la gente, los espacios, los colores y… sentirlo todo, si prestas atención. Presta atención a tu vivencia exterior y presta atención a tu vivencia interior. Asegúrate de estar en resonancia con las personas, con los lugares y con las cosas que te rodean.
Sonríe y se feliz
Sonríe cinco veces al día sin ningún motivo especial. Y, desde luego, y claro está, sonríe en seguida, ampliamente, cuando sí tengas algún motivo para sonreír.
Hay personas que no sonríen nunca, o muy rara vez. No son capaces de sonreír ni siquiera cuando todos los presentes se están riendo a carcajadas.
Estas personas pueden ser simplemente tímidas, o pueden tener un dolor profundo. Pero lo importante es saber que la sonrisa es capaz de curar estas dos dolencias.
La sonrisa no tiene por qué ser un mero acto reflejo. La sonrisa puede ser un acto deliberado e intencionado. Cuando lo es, se convierte en un acto de creación y, por tanto, en una herramienta poderosa para ser feliz.
Sonríe con facilidad y comparte con facilidad tu sonrisa con los demás. Iluminarás tu corazón, e iluminarás también el lugar donde estés.
Canta y se feliz
Quiero que me prometas que vas a cantar una vez al día por lo menos. Prométemelo. Lo cambiará todo. No puedes cantar con mala disposición. Y no puedes mantener una mala disposición mientras cantas.
¡Canta todas las mañanas en la ducha!. ¡Canta en el coche!. Canta bajito al oído de tu persona amada. Canta en voz alta en el parque. ¡Mira cómo se ilumina lo que te rodea!. ¡Mira cómo aparecen las sonrisas! ¿ Crees que alguien puede resistirse a una persona que está cantando? ¿Crees que puede resistírsele el mundo?
Cantar conecta la mente con el corazón y el corazón con la mente para ser feliz. De manera que canta. ¡Te reto a que lo hagas!