
El Profundo Impacto de El silencio
En los momentos de profundo silencio, donde el tiempo y el mundo parecen detenerse de repente, hemos estado en contacto con lo Infinito. Una vez que la experiencia de El silencio se ha producido, ya no somos víctimas de la realidad. Ya no estamos en su efecto como una vez lo estuvimos, porque hemos tenido un destello de la verdad acerca de ella y de lo que realmente somos. Con la entrega continua, comenzamos a experimentar estos estados de silencio cada vez con mayor frecuencia. En ocasiones, pueden llegar a ser muy profundos y de mayor duración. Cuando las nubes se retiran, el sol brilla y descubrimos que en El silencio estuvo la verdad en todo momento. La entrega es el mecanismo que desvela la verdadera naturaleza de nuestra existencia.
Ya no se identifica más con el cuerpo como yo, Con la experiencia de El silencio interior viene una gran fortaleza. Un campo de energía de silencio total es invencible. La persona que ha encontrado el silencio interior ya no pueden ser intimidada, controlada, manipulada o programada. En este estado, somos invulnerables.
El silencio transmite un estado de paz, que es el espacio en el cual y por el cual todo es y tiene su existencia y experiencia. Es infinitamente suave. Desaparece todo temor. Y, debido a que el sentido del tiempo se detiene, no hay reparo ni pesar algunos, no hay dolor, no hay anticipación; la fuente de la alegría es interminable y siempre está presente. Sin principio ni final, no hay perdida, ni pesar, no hace falta hacer nada, todo es ya perfecto y completo. Cuando el tiempo se detiene, todos los problemas desaparecen; son meramente artefactos de un punto de percepción.
Cuando la mente guarda silencio, el pensamiento “Yo Soy” desaparece también, y la Conciencia Pura brilla para iluminar lo que uno es, fue y siempre será, más allá del universo, más allá del tiempo y, por tanto, sin principio ni fin. La gente se pregunta: “Como se alcanza este estado de conciencia?”, pero son pocos lo que siguen los pasos, debido a su sencillez. El trabajo para fijar el enfoque es constante e implacable, sin siquiera permitir un instante de distracción en la meditación. Al principio, parece muy difícil, pero, con el paso de los días, se convierte en algo habitual y automático, precisando cada vez de menos esfuerzo para, finalmente, suceder sin esfuerzo alguno.
Los sentimientos reprimidos y suprimidos requieren de una contra- energía para mantenerlos sumergidos. Se necesita energía para mantener controlados nuestros sentimientos. A medida que estos sentimientos son abandonados, la energía retenida por la negatividad está ahora liberada para usos constructivos. Como consecuencia practicar el silencio y la entrega, se da un incremento de la energía disponible para la creatividad, el crecimiento, el trabajo y relaciones interpersonales. La calidad y el disfrute de estas actividades se incrementa.

La mayoría de la gente está demasiado cansada como para inducir una elevada cualidad a sus experiencias a menos que los programas negativos que se oponen a ella hayan sido resueltos. Cuando por fin nos hemos entregado plenamente al silencio, la respuesta estará allí esperándonos. No tendremos que buscarla. Considera lo simple y fácil que es, en comparación a las largas y prolongadas resoluciones de problemas habituales de la mente, y los intentos ineficaces. Por lo general la mente busca y riñe sin parar, probando a tropiezos con la primera de las respuestas posibles y después de esa, con otra.
La razón por la que la mente no puede decidir es porque está buscando en el lugar equivocado en el exterior en lugar del interior. Así mismo, gracias al silencio y al mecanismo de la entrega, el fenómeno de la sincronicidad es continuo. Los mecanismos de causa y efecto y el funcionamiento interior del universo se revelan claramente, ya que estamos siendo testigos ahora de la base misma de la propia Realidad.